En Cartas Obispo Emérito

Queridos hermanos y amigos:

Me quiero dirigir especialmente este domingo a los niños de nuestra diócesis. Al leer el título de esta carta que hoy os dirijo, podéis pensar que me he equivocado, pues ya hace un mes que celebramos la Navidad. “Con Jesús a Belén, ¡Que buena noticia!” es, el eslogan del día de la Infancia Misionera de este año 2019.

Con estas dos frases que hoy nos propone la obra de la Infancia Misionera comenzamos un recorrido con Jesús. Como sabéis, Él ha comenzado su misión en la tierra, naciendo en Belén, haciéndose hombre como nosotros y pasando nueve meses en el vientre de su madre la Virgen María. Es decir, ha sido un niño como fuimos los mayores y como lo sois ahora vosotros. Pero, a la vez que se ha hecho hombre, es también Hijo de Dios, que ha venido con una misión, hablarnos del amor de Dios nuestro Padre. De esta forma es el “primer misionero”.

Infancia Misionera nos propone este año, que acompañemos a Jesús, desde su Anunciación en Nazaret a la Virgen María hasta su nacimiento en Belén. Descubrimos así que vivió nuestra misma vida de una forma humilde. Al acompañarle podremos descubrir que nosotros, como él, debemos cumplir la misma misión, anunciar el amor de Dios. No olvidemos que somos hombres como Él, pero, a la vez, también somos hijos de Dios por adopción. Esa fue la semilla que se sembró en nuestro corazón el día del Bautismo que ahora debéis descubrir y cuidar.

Descubrir esa semilla es lo que hacéis cuando vuestros padres os hablan de Dios, cuando vais al catecismo o a las clases de religión en la escuela o el colegio y, a la vez, os enseñan a cuidarla, aprendiendo a rezar, celebrando la Misa los domingos, comulgando y confesándoos. Ahora comprenderéis porque el eslogan de este año nos dice: “Con Jesús a Belén”.

La segunda frase del eslogan de este año es: “¡Qué buena noticia!”; y esto, es importante que lo comprendamos, ser misionero como Jesús es anunciar una buena noticia, anunciar algo que alegra el corazón. El papa Francisco nos habla siempre de “la alegría del Evangelio”; alegría que nos da el saber que Dios se ha hecho pequeño, uno de nosotros y que lo ha hecho, por amor a todos. Todos, cuando tenemos una buena noticia, de algo bueno que nos ha pasado queremos que todos se enteren. Por ejemplo, si un día sacáis una buena nota o recibís un regalo que os ilusiona, se lo decís a todos, porque queréis que todos compartan vuestra alegría. Pues, así es el misionero, tiene una buena noticia, que no puede callar y que quiere anunciar a todos, es la alegría del Evangelio que tiene que alcanzar hasta el confín de la tierra. Ya desde pequeños el Señor, vuestro amigo, os llama a que seáis anunciadores, misioneros.

Sé que, de todo esto, os han hablado en la catequesis y en la clase de religión y que desde antes de Navidad tenéis ya en vuestras casas las huchas de compartir que vosotros mismos habéis preparado y decorado. Este domingo en muchas parroquias celebraréis la Misa y llevaréis vuestra aportación, hacedlo con alegría, sabiendo que muchos niños de países lejanos os lo agradecerán y, así, como vosotros hoy rezaréis por ellos, ellos rezarán por vosotros.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

 

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

 

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