In Cartas Obispo Emérito

Queridos hermanos y amigos:

Celebramos hoy la Jornada de la Infancia Misionera y este año en su lema nos hace un desafío a todos: “Atrévete a ser misionero”, de un modo especial a los niños y niñas a quienes está dirigida esta Jornada. Todos hemos oído muchas veces que cada cristiano debe ser un misionero en el ambiente en el que vive y, por ello, hoy queremos sembrar en el corazón de nuestros niños está realidad de la vida cristiana.

Desde hace años en muchas parroquias de la diócesis se vive esta Jornada con mucha intensidad, sobre todo en la catequesis y en los grupos infantiles, también en las clases de religión en las escuelas y colegios. Una Jornada que, por otra parte, se prepara con mucha anticipación, ya que desde el Adviento y especialmente en los días anteriores a la Navidad ya se les empieza a hablar de este día y se les inicia con varias actividades; así el Adviento Misionero, sembradores de estrellas, el reparto de la Hucha Misionera, los concursos de comics y postales navideñas. Subrayo estas actividades porque creo que, de una forma sencilla y adaptada a los más pequeños, se va sembrando en ellos la idea de que el cristiano debe ser misionero.

Este año en  el guion de formación misionera que forma parte del material de esta Jornada para los niños, se nos presentan los objetivos de este día de la Infancia Misionera y que también pueden servir a los más mayores para reflexionar todos en este día. Se nos dice que debemos “crear una línea de continuidad con el mensaje de la pasada Jornada del Domund y su invitación a la valentía para ser misioneros”, en segundo lugar, “comprender la importancia de apoyarnos en Jesús para afrontar los desafíos que se nos presenten y procurar ser cada vez mejores amigos suyos” y finalmente, “descubrir las bienaventuranzas como camino de vida de los discípulos misioneros de Jesús”.

Estas tres propuestas nos pueden ayudar a captar el sentido de esta Jornada. La valentía para ser misionero es lo mismo que decir la valentía para ser cristiano y vivir como tal en una sociedad que se mueve y vive en otros valores. Frente a los valores del mundo nosotros presentamos los valores del Evangelio, la generosidad, el amor, la acogida, la comprensión, el tener un corazón abierto a Dios y a los hermanos.

Es lo que nos propone el papa Francisco: “El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual… Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro… La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura” (Evangelii gaudium, 88).

Frente a este reto, nuestra segunda reflexión en esta Jornada es descubrir que no estamos solos en la misión encomendada, Jesús nos acompaña y en Él debemos siempre apoyarnos.

Debemos crear, por lo tanto, en todos los cristianos, desde los más pequeños de nuestra comunidad hasta los más mayores, esta vida nueva que es vivir según el Sermón de la Montaña y en el espíritu de las bienaventuranzas.

Un sencillo pero necesario gesto es colaborar económicamente con esta Jornada de la Infancia Misionera, los niños lo harán con la generosidad de sus pequeños ahorros que desde Navidad han ido depositando en las Huchas Misioneras construidas y decoradas por ellos mismos, nosotros los más mayores debemos hoy seguir su ejemplo de generosidad en favor de los niños y niñas en países de misión.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

 

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