In Cartas Obispo Emérito

Queridos hermanos y amigos:

Bajo el lema “Tienes una llamada” –extraído del mensaje del Papa para la Jornada-,en este IV domingo de Pascua, conocido como el domingo del “Buen Pastor”, celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que llega este año a su número 55.

Como su nombre indica tiene un carácter mundial, es decir, se invita a todos los católicos a elevar una oración ferviente y convencida para que el Señor nos conceda las vocaciones a la vida consagrada tan necesarias para la vitalidad de la Iglesia.

Asimismo, desde hace unos años, unimos a esta Jornada, otra, también importante, el mismo día se celebra en España la Jornada de Vocaciones Nativas, que son aquellas vocaciones que surgen en los Territorios de Misión y que muchas veces tienen serias dificultades económicas para seguir adelante.

Es pues, hoy, un domingo que a todos nos invita a sensibilizarnos en la pastoral vocacional, y lo hacemos con nuestra oración que, como decía anteriormente, debe ser ferviente y convencida, sabiendo de antemano que el Señor nos va a conceder lo que pedimos con fe. Esperamos que muchos escuchen la voz que les llama a unas vocaciones de especial consagración, a la vida sacerdotal y la vida religiosa. A su vez, nuestra oración también se eleva para que aquellos que han consagrado su vida al Señor y a su Iglesia perseveren, con alegría y entrega, en la consagración de sus vidas. Pedimos por los seminaristas que en  España son este año 1.263, así como por los 1.215 religiosos y religiosas que están en período de formación.

El lema de este año  “Tienes una llamada. Responde”, es una frase cotidiana en nuestras vidas que se convierte en toque de atención para salir del encierro en nosotros mismos. Necesitamos cortar con un modo de vivir “ruidoso” que nos impone la sociedad y que nos impide percibir la voz de Dios, su llamada personal para cada uno. Esta llamada crucial espera nuestra respuesta para, como dice el Papa, nos “convirtamos en protagonistas de la historia única y original que Dios quiere escribir con cada uno nosotros”.

Todos debemos hacer que esta llamada de Dios se oiga en el corazón de muchos y puedan “escuchar” la llamada del Señor; para ello, es necesario crear en nuestras comunidades y parroquias lugares de acogida que ayuden a escuchar con profundidad su Palabra, aprender a orar, prestar atención a los detalles de la vida diaria, aprender a leer los acontecimientos con los ojos de la fe, y mantenerse abiertos a las sorpresas del Espíritu.

Ayudar, también, en la familia y en la parroquia, a discernir la llamada que algunos pueden recibir. Todo cristiano debería desarrollar la capacidad de “leer desde dentro” la vida e intuir hacia dónde y qué es lo que el Señor le pide para ser continuador de su misión.

Y, por último, el testimonio de los consagrados que debe ser la mejor “llamada” que hagamos a otros, para que respondan al Señor. Vivir nuestra vocación hoy, con alegría, generosidad y entrega, en definitiva, convertirse en testigo del Señor, aquí y ahora.

Pidamos al Señor que siga enviando trabajadores a su mies. Hoy la Iglesia y el mundo siguen necesitando testigos que crean en el Resucitado y se pongan en camino.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

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