Queridos hermanos y amigos:
Hoy es la solemnidad de la Santísima Trinidad y se celebra la Jornada Pro Orantibus, es decir un día en que tenemos presentes a los monjes y monjas consagrados en la vida contemplativa, coincide con el Año Jubilar Teresiano y, por ello, se propone como lema de esta Jornada la invitación de Santa Teresa: “Solo quiero que le miréis a Él“.
La frase está tomada de la Santa que, de esta forma, nos muestra necesidad de contemplar a Jesús, “Solo quiero que le miréis a Él”, es la fuerte invitación de santa Teresa a todos nosotros en el primer Año Jubilar Teresiano concedido por el santo padre a la Iglesia española y en particular a la diócesis de Ávila.
El papa Francisco en la Constitución Apostólica “Vultum Dei quaerere” (9) señala que la vida consagrada: “es una historia de amor apasionado por el Señor y por la humanidad, en la vida contemplativa esta historia se despliega, día tras día, a través de la apasionada búsqueda del rostro de Dios, en la relación íntima con él. A Cristo Señor, que ‘nos amó primero’ (1 Jn 4, 19) y `se entregó por nosotros’ (Ef 5, 2), vosotras mujeres contemplativas respondéis con la ofrenda de toda vuestra vida, viviendo en él y para él, ‘para alabanza de su gloria’ (Ef 1, 12). En esta dinámica de contemplación vosotras sois la voz de la Iglesia que incansablemente alaba, agradece y suplica por toda la humanidad, y con vuestra plegaria sois colaboradoras del mismo Dios y apoyo de los miembros vacilantes de su cuerpo inefable. Desde la oración personal y comunitaria”.
Es lo que deseamos todos los cristianos y pedimos hoy, de modo especial, para todos los consagrados en la vida contemplativa y, a la vez, lo que los contemplativos nos enseñan a todos los bautizados: lo esencial de nuestra vida cristiana es buscar el rostro de Cristo.
Por eso hoy nuestra oración tiene esta doble vertiente, pedimos por los hermanos y hermanas que han recibido en la Iglesia la vocación contemplativa, y pedimos al Señor para que por medio de la oración, el silencio y su entrega intercesora ante Dios busquen en todo momento el rostro de Cristo para el bien de toda la Iglesia y la humanidad; y, a la vez, oramos por todos los bautizados, por todos nosotros, para que sepamos apreciar, respetar y promover la vida contemplativa, y, movidos por ellos, sepamos también buscar el rostro de Cristo y hacer nuestras las palabras de Santa Teresa: “Solo quiero que le miréis a Él”
De un modo especial nos sentimos unidos hoy a los monasterios contemplativos de nuestra diócesis de Tarazona, en la actualidad son sólo cuatro: dos en Borja, Concepcionistas Franciscanas y Clarisas; uno en Calatayud, Capuchinas y otro en Maluenda de Carmelitas Descalzas. Damos gracias a Dios por esta presencia en nuestra iglesia diocesana y le pedimos para que se mantenga vivo, en cada una de estas hermanas nuestras, el deseo de una entrega total al Señor; además, nunca debemos desfallecer pidiendo que el Señor bendiga estos monasterios y, por lo tanto, nuestra diócesis, con vocaciones que enriquezcan la vida contemplativa.
Gracias, queridas hermanas de vida contemplativa, por lo que sois y significáis para la vida de la diócesis. Con vuestras vidas entregas en el silencio de vuestros monasterios nos indicáis a Aquel que es camino, verdad y vida; al único Señor que ofrece plenitud y felicidad completa a nuestra existencIA.
Que la Virgen María, mujer contemplativa, acompañe nuestro camino y el de todos los contemplativos con la luz de la fe, el consuelo de la esperanza y la fortaleza de la caridad.
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona