Queridos hermanos y amigos:
Quiero compartir con vosotros la experiencia que, del 10 al 22 del pasado mes de agosto, he vivido en México. Este viaje ha tenido un carácter pastoral ya que como sabéis nuestra diócesis está estrechamente vinculada a dos diócesis mejicanas: Tabasco y Puebla y, además, desde hace años a los religiosos Misioneros de la Natividad de María.
Son diez los sacerdotes mejicanos que atienden distintas parroquias de nuestra diócesis: uno de Puebla, dos de Tabasco y siete Misioneros de la Natividad de María. Es pues una presencia significativa de sacerdotes que enriquecen nuestro presbiterio y nos prestan una gran ayuda en la atención pastoral de distintas parroquias de nuestra diócesis. Los Misioneros de la Natividad de María atienden varias parroquias del arciprestazgo del Alto Jalón, los sacerdotes de Tabasco en los arciprestazgos de Bajo Jalón y Borja y, finalmente, el sacerdote de Puebla en el arciprestazgo de Tarazona.
Tras quince horas de viaje llegué a Villahermosa en Tabasco. Eran las dos de la mañana del día 11 y ahí se me comunicó que el obispo D. Gerardo de Jesús Rojas y López deseaba que le acompañase para celebrar en dos parroquias el sacramento de la Confirmación, así en la parroquia de San Marcos de la población de El Paraíso confirmamos en un estadio deportivo a 800 jóvenes y al día siguiente en la parroquia de San Cristóbal de la población de Huimanguillo a 250. El día 12 donde tuve la oportunidad de hablar con el Sr. Obispo y con su equipo de vicarios y miembros de la Curia diocesana, en esta reunión comuniqué y agradecí el trabajo que los sacerdotes de su diócesis realizan en la nuestra y me aseguraron su oración por nuestra diócesis; asimismo el Obispo se comprometió en seguir colaborando en las labores pastorales que en ella realizamos. Durante mi estancia en esta diócesis también celebré la fiesta de Santa Clara con las clarisas capuchinas de la ciudad que me recibieron con gran cariño.
Tras esta visita a Villahermosa viajé hasta León en el estado de Guanajato, ciudad en la que los Misioneros de la Natividad de María tienen su Casa General, el Seminario en el que se forman unos ochenta seminaristas de la congregación y una casa para retiros. En esta casa reposan los restos de su fundador el padre Vicente Echarri Gil, que nació el 3 de octubre de 1903 en el pueblo de Artabia, en Navarra.
Durante el pasado curso el P. General de los Misioneros me manifestó su deseo de que hiciera esta visita para compartir la experiencia de los Misioneros en nuestra diócesis y especialmente para que ordenara a tres diáconos de la congregación como sacerdotes. Fue un momento bellísimo ya que hubo una gran afluencia de fieles, la celebración fue cuidada y participativa. En la víspera de la ordenación di una charla a los seminaristas de los Misioneros.
En estos días en León también tuve un encuentro con el P. General y con su equipo, en el que, como hice en Villahermosa, compartimos la experiencia de los sacerdotes que trabajan en nuestra diócesis de Tarazona y me aseguraron la continuidad del instituto. También celebré una eucaristía con cuarenta religiosos del instituto y les ofrecí unas reflexiones sobre algunos aspectos de la vida consagrada. Estoy agradecido a estos dos encuentros ya que en ellos pude personalmente y cara a cara compartir esta experiencia pastoral de nuestra diócesis.
Finalmente, visité el seminario de los Agustinos Recoletos en Querétaro, allí di una video-conferencia sobre dos de los últimos documentos de la Santa Sede sobre la vida religiosa contemplativa: “Vultum Dei quaerere” y “Cor Orans”, y una larga entrevista en una televisión local.
Fueron, como podéis imaginar, unos días con una agenda muy apretada que culminé con la celebración de la Santa Misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el mismo día de mi regreso el 22 de agosto. Impresiona la belleza y grandeza de esta Basílica y. sobre todo, la devoción del pueblo mejicano hacia la Guadalupana.
Creo que ha sido un viaje importante y necesario para nuestra diócesis ya que nos ha dado la oportunidad de presentar personalmente los planes, necesidades y proyectos de nuestra diócesis y agradecer este servicio que nuestros queridos sacerdotes mejicanos prestan a este Iglesia que peregrina en Tarazona.
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona