En Cartas Obispo Emérito

Celebramos el día de la Iglesia Diocesana, con el lema: “Somos una gran familia contigo” Verdaderamente la Iglesia es una familia. Es una gran familia donde se nos quiere aunque no lo merezcamos, se nos perdona aunque tengamos el corazón endurecido y siempre somos acogidos incondicionalmente. En ella, se nos cuida en los momentos de debilidad, y se nos da la posibilidad de ser nosotros mismos.

Como en todas las familias hay un aspecto que no es el más importante pero que es necesario y, en gran medida, condiciona las posibilidades materiales de la familia. Los hijos necesitan ser alimentados y vestidos, pero esa comida y esa ropa hay que pagarlas. También necesitan formarse para poder servir mejor a sus hermanos en el futuro, pero esa formación hay que poder costearla. Y así con tantas otras necesidades.

La iglesia católica en España tiene una larga historia. Durante siglos se ha celebrado la fe, se ha anunciado el Evangelio y se ha vivido la caridad a favor de los más pobres y necesitados.

Todo ello gracias al esfuerzo y entrega generosa de miles de cristianos que, con su tiempo o con sus bienes han contribuido a la gran misión de la Iglesia de Jesucristo. Por eso, el lema de nuestro Plan Diocesano “La Iglesia de Tarazona en estado de misión”, es aplicable a la comunión cristiana de bienes. Porque la iglesia en misión es “de puertas abiertas”, es llenar de evangelio la calle y salir al encuentro del hermano que más lo necesita, es asistir al “ultimo” de la sociedad. Esto sigue siendo TAREA DE TODOS. Sin la participación libre y responsable de los sacerdotes, religiosos y laicos no será posible. Para que la Iglesia pueda seguir cumpliendo hoy su misión con más eficacia y para que la participación activa de los católicos en ella sea más auténtica, es preciso que los fieles cristianos adquiramos una conciencia más viva y más lúcida de nuestra responsabilidad respecto al sostenimiento económico de la misma. Y, como somos una gran familia, todos debemos colaborar en ella. Os invito a todos a participar no sólo en el espíritu de la Iglesia, sino a contribuir a su sostenimiento.

En el Día de la Iglesia Diocesana se nos invita a dar gracias a Dios por nuestra familia diocesana, a orar intensamente por ella y a colaborar responsablemente, en la medida de nuestras posibilidades, en el sostenimiento de su economía. La labor social de la Iglesia de Tarazona necesita medios económicos para llevar a cabo su misión, que no es otra que evangelizar. Y para ello necesita retribuir a sus sacerdotes, mantener el seminario y los servicios pastorales, ayudar a la misión de Cochabamba, cuidar el patrimonio artístico y cultural y, sobre todo, atender a los más desfavorecidos de nuestra sociedad.

Tan importante es quien sostiene la Iglesia con su oración y su interés por la marcha de la parroquia como aquel que colabora económicamente, o está implicado en la actividad pastoral diaria de la misma. En un mundo como el actual, es un gran desafío relacionar nuestras raíces humanas con la fraternidad universal. Y para un cristiano, por medio del testimonio y la participación en la Iglesia, ayudar a todos a tomar conciencia de que unidos como hermanos tenemos futuro. Por eso, os pido con esta campaña: Ayudad a vuestra parroquia, ganamos todos. ¡Contamos con tu generosidad! Que nuestra Iglesia Diocesana sea un recinto de verdad, de amor, de belleza, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando. Gracias a todos por vuestra entrega, disponibilidad y generosidad. Para todos un cordial saludo fraterno y mi bendición.

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

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