En Cartas Obispo Emérito

Queridos hermanos y amigos:

¡Muchas felicidades a Manos Unidas que cumple en este año su 60 aniversario! Sesenta años desde que un grupo de mujeres españolas de Acción Católica se decidieron a luchar contra el hambre en el mundo y pusieron todos los medios para sensibilizar, desde entonces, a toda la sociedad española, algo que a lo largo de estos años ha ido creciendo en la conciencia de tantos españoles que, a través de las diversas campañas y acciones de esta institución han comprendido este compromiso de todos a favor de los más débiles y pobres de nuestra sociedad.

Aquella iniciativa se ha seguido manteniendo, con aquel mismo espíritu que nació entonces, a través de tantas mujeres que en cada diócesis española fueron formando grupos que, unidos a Manos Unidas, supieron llevar hasta los pueblos más pequeños de toda nuestra geografía este mensaje de solidaridad y amor. Cuánta creatividad se ha desarrollado en todas estas mujeres para sensibilizar a todos: campañas, charlas, rastrillos y un largo etcétera de pequeñas y grandes acciones.

También nuestra diócesis ha sabido comprender lo que Manos Unidas nos propone y, también aquí, en tantos lugares y parroquias, se vive con intensidad lo que cada año, en sus campañas, los distintos grupos de Manos Unidas ofrecen para crecer en solidaridad: festivales, cenas del hambre, campañas de sensibilización.

Como nos decía la presidenta diocesana de Manos Unidas en la carta que el pasado mes de enero mandaba a los sacerdotes: “Esta LX campaña queremos recoger el testigo de aquellas primeras mujeres de Acción Católica que se comprometieron a luchar contra el hambre en todo el mundo, con un ideal particular: Remediar el hambre de pan, el hambre de cultura y el hambre de Dios. Esta campaña hace un homenaje a esas mujeres que siguen en medio de las dificultades de la Historia construyendo familia, sosteniendo sus comunidades, poblados, llevando adelante la educación de sus hijos, cuidando de su salud, promoviendo vida en todas sus dimensiones.”

Foto: Javier Mármol. Manos Unidas.

Manos Unidas en este año de su 60 aniversario quiere seguir denunciando sobre la situación de la mujer en los países empobrecidos, por ello inicia un periodo de tres años en el reivindica el cumplimiento de los Derechos Humanos en todo el mundo. Su eslogan: “Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas” y, en esta campaña, quieren incidir en objetivos esenciales para obtener una vida digna y hacer efectivo el derecho al desarrollo, a la alimentación, la educación, la salud, el agua, etc. Todos estos deseos se quieren concretizar en el proyecto que están llevando a cabo las Hermanas de Nuestra Señora de Fátima en Malkapur, del estado de Masharashtra, al oeste de la India, para mejorar las condiciones de vida de jóvenes tribales y viudas marginadas de aquella región. El presupuesto es de 31.618, 00 eur.

Quiero invitar a las mujeres que formáis Manos Unidas a que sigáis comprometidas para transmitir a la sociedad mensajes que nos inviten a colaborar en el impulso de una mentalidad y unos hábitos de vida más acordes con el reparto equitativo de los bienes. Y a seguir trabajando con las comunidades a las que acompañáis en los proyectos para que conozcan sus derechos y puedan reclamarlos y disfrutarlos.

En uno de los boletines que en estos días Manos Unidas nos ha hecho llegar, reproducís unas palabras del papa Francisco, pronunciadas en la Jornada Mundial de los Pobres, con las que quiero terminar esta carta: “Benditas manos que se abren para acoger a los pobres y traer esperanza”.

Unámonos todos, a este gran reto que cada año nos presenta Manos Unidas: Es un gran reto que exige una gran fe en lo humano, un compromiso coherente en el servicio a demás y una confianza esperanzada en que un mundo más fraterno es posible.

Gracias por vuestro interés y colaboración en este proyecto de Manos Unidas en la Iglesia y que asume nuestra diócesis.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

 

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

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