Queridos hermanos y amigos:
En este domingo del mes de mayo, quiero dirigir esta carta a los niños y niñas que, en estos días, estáis celebrando vuestra Primera Comunión. Es algo que he hecho todos los años en estas fechas. Hoy, también, con gran alegría me dirijo a vosotros y a vuestros padres.
A principios de este mes, el papa Francisco ha hecho una visita a un país que se llama Bulgaria y, dentro de los actos de su visita, ha tenido una entrañable celebración, en la que ha dado la Primera Comunión a 245 niños.
Durante esa celebración el Papa se ha dirigido a los que iban a recibir por primera vez a Jesús, son niños como vosotros y de vuestra misma edad; por ello quiero hoy utilizar algunas de las cosas que él dijo y compartirlas con vosotros.
En el día de vuestra Primera Comunión debéis estar contentos, sobre todo, porque en este día viene Jesús a vuestras vidas. Este debe ser el verdadero motivo de vuestra alegría en este día tan bonito.
En segundo lugar, es importante que sepáis que podéis celebrar este día porque sois cristianos. Cuando nosotros, los más mayores, nos preparábamos para recibir la Comunión, estudiábamos también el catecismo, entonces nos lo aprendíamos de memoria, con preguntas y respuestas; y, de aquellas preguntas y respuestas, aprendíamos por qué éramos cristianos.
En resumen, comprendíamos, como también vosotros lo sabéis por vuestras catequesis, que ser cristiano era una gracia que Dios nos hacía, es decir, un regalo, Él nos ama y quiere que seamos sus hijos. Que, con el Bautismo, nos ha hecho sus hijos y que además somos sus discípulos. Por ser hijos y discípulos creemos lo que Cristo nos ha dicho y, además, lo vivimos amando y perdonando como Él siempre lo hace con nosotros.
Por eso como decía el papa Francisco a aquellos niños búlgaros: “Nuestro apellido es cristianos”. Sí, todos los bautizados tenemos, además del apellido de nuestros padres, el apellido de “cristiano”; y, sabéis qué quien comparte un mismo apellido es de la misma familia. Nuestra familia es la Iglesia, y, por ello, sabemos que, a pesar de las dificultades, siempre nos debemos amar.
El Papa también les dijo a aquellos niños: “Hacer la Primera Comunión significa querer estar cada día más unidos a Jesús, crecer en amistad con Él y que otros también puedan disfrutar de la alegría que nos quiere regalar. El Señor os necesita para poder realizar el milagro de que su alegría llegue a muchos de vuestros familiares y amigos”.
Otra cosa importante, es que lo que habéis aprendido en la catequesis que os ha preparado para el día de vuestra primera comunión lo sigáis practicando en vuestra vida. Una de ellas ha sido aprender a rezar, a orar. El papa Francisco animaba también a esos niños: “Deseo animaros a rezar siempre con el entusiasmo y la alegría que tenéis hoy”, quiero también, como el Papa, animaros a que cada día, aunque sea sólo un momento, recéis, dando gracias a Dios por lo que os da y pidiendo que os ayude en las dificultades.
Una cosa importante que también el Papa recordó a los que recibían la Primera Comunión es que supieran que: “Este es el sacramento de la Primera Comunión y no de la última, acordaos que Jesús os espera siempre”. Por eso, yo también hago mías las palabras de Francisco: “Os deseo que hoy sea el inicio de muchas comuniones, para que vuestro corazón esté siempre como hoy, en clima de fiesta, lleno de alegría y, sobre todo, de gratitud”.
Agradezco a vuestros padres el que se preocupen por vosotros y que os eduquen también en la fe; debéis seguir después de este día creciendo en todo, también en vuestra fe. También a los sacerdotes y catequistas mi agradecimiento por esta hermosa labor que estáis realizando y que el Señor os pagará.
A todos, en este mes de mayo, mes de la Virgen María, os pongo en sus manos y os encomiendo a su maternal cuidado.
Con todo afecto os saludo y bendigo, queridos niños y niñas.
+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona