Queridos hermanos y amigos:
En esta misma semana ha concluido el Mes Misionero Extraordinario que este año el papa Francisco nos ha invitado a celebrar durante este año 2019. He querido dedicar en este mes varias cartas sobre lo qué es la Misión y su sentido en nuestros días. La intención del Papa con la celebración de este Mes Extraordinario, no es sólo que dediquemos un tiempo a la reflexión sobre las misiones, el verdadero objetivo de este Mes es que, como nos dice el lema: “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”, descubramos que todo en la vida de la Iglesia y en la de cada cristiano es ser “misioneros”.
La semana pasada dedicaba la carta a resaltar el carácter misionero que nuestra diócesis siempre, hasta nuestros días, ha tenido. Tantas personas que han dedicado sus vidas al anuncio del Evangelio en tantos lugares del mundo. Resaltaba en esa carta la figura del padre dominico, nacido en Tarazona, Fernando Sainz Morales, misionero y primer evangelizador de Taiwán y, a la vez, no me olvidaba de los muchos misioneros que salidos de nuestra diócesis ahora siguen en esa inmensa labor. A lo largo de este mes ha habido bastantes actos en la diócesis para presentar esta realidad misionera de nuestra diócesis. En Tarazona, en Calatayud y en otros arciprestazgos, hemos podido oír en vivo y en directo el testimonio de algunos de estos misioneros. Especialmente, debemos destacar la presencia de Florián Cuenca, sacerdote que trabaja en la parroquia de Santa Mónica de Cochabamba, y el testimonio de Jesús Moreno que tantos años ha dedicado a la misma parroquia.
Destaco la parroquia de Cochabamba, no porque los misioneros de nuestra diócesis que allí trabajan sean más importantes que los que desde nuestra parroquias y comunidades están presentes en tantos sitios; lo hago porque es la misión con la que tenemos una especial vinculación ya que, desde hace más de 26 años, la diócesis de Tarazona aceptó este compromiso misionero que, a pesar de nuestra pequeñez, hemos sabido mantener con tanto entusiasmo y tanta generosidad.
El Papa nos recordaba en su mensaje para este mes la necesidad de ayudar a las misiones: “Quisiera concluir con unas breves palabras sobre las Obras Misionales Pontificias, ya propuestas como instrumento misionero en la Maximum illud. Las OMP manifiestan su servicio a la universalidad eclesial en la forma de una red global que apoya al Papa en su compromiso misionero mediante la oración, alma de la misión, y la caridad de los cristianos dispersos por el mundo entero. Sus donativos ayudan al Papa en la evangelización de las Iglesias particulares (Obra de la Propagación de la Fe), en la formación del clero local (Obra de San Pedro Apóstol), en la educación de una conciencia misionera de los niños de todo el mundo (Obra de la Infancia Misionera) y en la formación misionera de la fe de los cristianos (Pontificia Unión Misional). Renovando mi apoyo a dichas obras, deseo que el Mes Misionero Extraordinario de octubre 2019 contribuya a la renovación de su servicio a mi ministerio misionero”.
He subrayado dentro del texto el doble compromiso que el papa Francisco nos agradece: La oración y la caridad. Hoy, como conclusión de este mes, quisiera animaros a que mantengamos estos dos compromisos que son, a la vez, una forma de ser misioneros. Las misiones lo necesitan y Dios nos lo agradecerá.
Además de esta colaboración en favor de todas las misiones, hoy os quiero invitar a seguir colaborando con nuestra misión en Cochabamba, lo necesitamos. Hay que realizar un nuevo esfuerzo para que todos los cristianos y personas de buena voluntad de nuestra diócesis comprendan la importancia de mantener lo que con tanta ilusión se comenzó en aquel lugar. Relancemos las campañas que hemos hecho estos años, entre ella la más social: “Pon un niño en tu mesa”, ayudar con la alimentación para poder educar y facilitar a aquellos niños y jóvenes que lo necesitan una educación que cada día les dé más dignidad humana.
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona