En Cartas Obispo Emérito

Queridos hermanos y amigos:

En esta semana hemos celebrado la fiesta de S. José y, como es tradicional tenemos la Jornada de reflexión y oración sobre el Seminario. Es lo que conocemos como el “Día del Seminario”, este año con el lema; “Pastores misioneros”. En las comunidades autónomas en las que no es festivo el día de S. José, como es nuestro caso, lo celebramos el domingo más cercano. Así, pues, hoy el 22 de marzo.

La Comisión Episcopal de Seminarios explica así el lema de este año: “El lema elegido para esta campaña, «Pastores misioneros», intenta recoger, sin agotarla, la identidad del sacerdocio ministerial. Los sacerdotes, en cuanto que participan del sacerdocio de Cristo Cabeza, Pastor, Esposo y Siervo (PDV, n. 15), son llamados en verdad «pastores de la Iglesia»; y en cuanto enviados por Cristo, con los Apóstoles (Mt 28, 19ss), son esencialmente misioneros dentro de una Iglesia toda ella misionera”.

Esta Jornada de los Seminarios es “la ocasión apropiada para ayudar a todo el Pueblo de Dios a tomar conciencia de la importancia del seminario diocesano, casa y corazón de la diócesis, donde germinan las semillas de las vocaciones al sacerdocio ministerial”.

Sacerdotes que son especialmente necesarios para animar la nueva evangelización tan necesaria hoy. En el material que la Comisión Episcopal de Seminarios pone en nuestras manos en este día nos propone esta reflexión; “San Agustín, en su famoso sermón sobre los pastores, afirma con gran belleza que el pastor es también un cristiano, miembro del rebaño que Jesús ha congregado en torno a sí mismo (cf. Jn 10, 14). Nunca deja de ser discípulo aquel que fue llamado a ser pastor. Así lo podemos ver con claridad en el relato de Jn 21 cuando Jesús pide confesar a Pedro tres veces su amor por Él y después le da la misión, «pastorea mis ovejas» (Jn 21, 15-17) y concluye con la llamada propia del discípulo: «dicho esto, añadió: sígueme» (Jn 21, 19)”.

Más adelante este mismo texto de reflexión nos dice: “Toda la Iglesia es misionera. Así se afirma en el documento sobre la formación sacerdotal: Dado que el discípulo sacerdote proviene de la comunidad cristiana y a ella regresa, para servirla y guiarla en calidad de pastor, la formación se caracteriza naturalmente por el sentido misionero (…) Se trata de que los seminarios puedan formar discípulos y misioneros enamorados del Maestro, pastores con “olor a oveja”, que vivan en medio del rebaño para servirlo y llevarle la misericordia de Dios”.

Debemos, por lo tanto, en este día, pedir que el Señor suscite vocaciones sacerdotales con este espíritu misionero y, a la vez, que todos los sacerdotes, obispos y presbíteros, mantengamos, por encima de toda dificultad, este mismo espíritu misionero. Pidamos, especialmente, para que también en nuestra diócesis de Tarazona el Señor llame a jóvenes y niños a esta misión de unirse a Jesucristo para ser discípulos y apóstoles.

Pongamos todo ello en manos de María con una de las oraciones de este día: “Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu santo amor los proteja de todo peligro. Bendice sus trabajos y fatigas y que, como fruto de su apostolado, obtengan la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén”

Con todo afecto os saludo y bendigo.

 

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

 

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