Queridos amigos y hermanos:
Como todos los años, el pasado 19 de marzo, nos disponíamos a celebrar el Día del Seminario; incluso el 22 de marzo se publicó la carta que había preparado, hablando sobre esta Jornada. Pero, ante la pandemia, nos vimos obligados a confinarnos el día 15 de marzo y a suprimir las celebraciones.
Antes esta situación, la Comisión Episcopal para el Clero y Seminarios decidió aplazar la celebración del Día del Seminario al 8 de diciembre de 2020, festividad de la Inmaculada Concepción.
El próximo martes, celebraremos, por lo tanto, el Día del Seminario en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Ponemos en sus manos de madre, algo tan importante como es la pastoral vocacional, los seminaristas y los sacerdotes.
En la carta a la que hacía referencia más arriba os decía lo que hoy quiero repetir: “Debemos, por lo tanto, en este día, pedir que el Señor suscite vocaciones sacerdotales con este espíritu misionero y, a la vez, que todos los sacerdotes, obispos y presbíteros, mantengamos, por encima de toda dificultad, este mismo espíritu misionero. Pidamos, especialmente, para que también en nuestra diócesis de Tarazona el Señor llame a jóvenes y niños a esta misión de unirse a Jesucristo para ser discípulos y apóstoles”.
Como tantras veces he insistido al escribir o hablar sobre las vocaciones, todos nos debemos sentir responsables de las vocaciones. Trabajemos todos juntos para que la vocación al sacerdocio sea conocida, apreciada y seguida. ¡Merece la pena ser sacerdote!.
En el material que se nos facilita para este día se nos dice: “Todos somos responsables de las vocaciones sacerdotales, todos debemos cuidar de este don de Dios para su Iglesia, porque es un bien para su vida y misión. Por eso tenemos que custodiar este don, estimarlo y amarlo (cf. PDV, n. 41). Todo el Pueblo de Dios debe orar y trabajar por las vocaciones sacerdotales porque la Iglesia y el mundo tienen absoluta necesidad de ellos (cf. PDV, n. 82)”.
Pongamos todo ello en manos de María con una de las oraciones de este día: “Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu santo amor los proteja de todo peligro. Bendice sus trabajos y fatigas y que, como fruto de su apostolado, obtengan la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén”
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona