Hoy, 23 de mayo, se celebra el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar, este año bajo el lema, “Los sueños se construyen juntos”. Esta Jornada nos impulsa a descubrir la riqueza del laicado en la vida del Pueblo de Dios.
Los obispos la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, responsables de esta Jornada, nos indican que: “La Jornada de este año se inspira en el Congreso de Laicos, que ha cumplido recientemente su primer aniversario, y la carta encíclica del papa Francisco, Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social”.
Al comenzar su mensaje nos recuerdan lo que escribe el papa Francisco en el número ocho de la encíclica:
“He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. (…) Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! (…) Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos”.
Este soñar al que nos invita el Papa, no es algo irrealizable o meramente utópico. Es un sueño que se puede y se debe cumplir, y por el que todos, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos debemos trabajar unidos e ilusionados. En el material de reflexión que se nos ofrece en este día, se nos dan unas pistas que quiero hacer mías y que os presento:
En primer lugar, para realizar el sueño debemos: “Abrirnos al amor de Dios, sabiéndonos amados por Dios y convocados por ese amor al servicio y la entrega a los demás”. Y para ellos debemos: “Cultivar la capacidad de oír las llamadas del Espíritu en la realidad concreta de nuestro mundo, viviéndolo todo en actitud de oración y de ofrenda a Dios de nuestras vidas en las hermanas y hermanos. Así será posible estar abiertos a la realidad y cultivar el encuentro y el diálogo”.
En segundo lugar debemos: “Profundizar en la conciencia de que la tarea de la fraternidad es de todos y, por ello, reclama apertura a los demás, cultura del encuentro y del diálogo para caminar juntos”. Es, a su vez, una actitud de apertura hacia el otro, con una actitud de humildad como nos dice Francisco: “Así se vuelve posible ser sinceros, no disimular lo que creemos, sin dejar de conversar, de buscar puntos de contacto, y sobre todo de trabajar y luchar juntos» (FT, n. 203).
En este día de Pentecostés esto es lo que pedimos al Espíritu Santo con las palabras de la Secuencia del día: “Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento”.
Que este Espíritu aliente a trabajar todos juntos a favor de la evangelización.