En Cartas Obispo Emérito

Hoy celebraremos la solemnidad del Corpus Christi. En este año, nuevamente, nos vemos impedidos para celebrar la procesión que después de la Misa se realiza por las calles de los pueblos y ciudades.

A pesar de este inconveniente, no debemos restar importancia a la celebración de este día y unirnos a la adoración que toda la Iglesia rinde hoy al Santísimo Sacramento. San Pablo VI nos decía: “La Iglesia católica ha dado y continúa dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: Conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión” (Mysterium fidei)

Cumpliendo con las normas sanitarias debemos hoy participar en la Misa y al concluir exponer el Santísimo y hacer un acto de adoración y si en la iglesia es posible una procesión por las naves de ésta, asistiendo los fieles desde los bancos. También, si es posible, el sacerdote podría salir a la puerta de la iglesia y desde allí impartir una bendición con el Santísimo.

Esta fiesta está íntimamente relacionada con Cáritas y el día de la Caridad. Los obispos de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social con motivo del Día de la Caridad, nos recuerdan en su mensaje para este día las palabras de Jesús: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40)

Este año la Cáritas ha querido como lema de este día: “Tiende tu mano y comprométete”, lo que nos permite profundizar en lo que significa el compromiso cristiano como una forma de ser y estar en el mundo y responder a esta realidad que nos reclama, teniendo como referente a Cristo.

Cáritas nos invita a vivir este día desde la alegría y el testimonio que nos convierte en amigos y discípulos de Jesús, llamados a vivir con un estilo de vida basado en el amor y el servicio a los demás, con mirada compasiva y gesto de ternura en nuestra entrega a los más débiles y pobres.

Como nos dice el mensaje de los obispos: “La pandemia está dejando tras de sí muchas vidas rotas y profundas heridas que, sin embargo, están siendo cicatrizadas gracias al fomento de los lazos de colaboración, ayuda mutua y redes comunitarias que brotan de la fraternidad en una comunidad que sostiene.

Así como dice el papa Francisco: “He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente […] Se necesita una comunidad que lo sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos!” (Fratelli tutti 8)

Agradezco a todos los voluntarios de Cáritas en nuestra diócesis todo lo que hacéis en favor de los más necesitados.

+Eusebio Hernández Sola, OAR.
Obispo de Tarazona

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