En Cartas Obispo Emérito

CUENTA LO QUE HAS VISTO Y OÍDO

Domund 2021

El próximo domingo, celebramos la Jornada del DOMUND, nuestra cita misionera que, cada año en octubre, nos llama a que todos seamos misioneros.

Como es habitual, cada año, el papa Francisco nos hace llegar su mensaje para la jornada mundial de las misiones: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20)

Comienza el Papa con estas sugerentes palabras: «Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído. La relación de Jesús con sus discípulos, su humanidad que se nos revela en el misterio de la encarnación, en su Evangelio y en su Pascua nos hacen ver hasta qué punto Dios ama nuestra humanidad y hace suyos nuestros gozos y sufrimientos, nuestros deseos y nuestras angustias (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22). Todo en Cristo nos recuerda que el mundo en el que vivimos y su necesidad de redención no le es ajena y nos convoca también a sentirnos parte activa de esta misión: “Salgan al cruce de los caminos e inviten a todos los que encuentren” (Mt 22,9). Nadie es ajeno, nadie puede sentirse extraño o lejano a este amor de compasión».

Como nos dice Francisco, un elemento fundamental de la vida de cada cristiano es sentirse testigo; dar testimonio de nuestra fe, de lo que somos: Hijos de Dios. Esto, lo podemos hacer en nuestro ambiente y en nuestra vida de cada día, pero hoy, se nos invita a abrir ese horizonte, a proyectarnos hacia el mundo entero, hasta los confines de la tierra.

Contemplamos hoy el testimonio de los misioneros y misioneras, y ese testimonio, como nos dice el Papa: «…nos anima a ser valientes y a pedir con insistencia “al dueño que envíe trabajadores para su cosecha” (Lc 10,2), porque somos conscientes de que la vocación a la misión no es algo del pasado o un recuerdo romántico de otros tiempos. Hoy, Jesús necesita corazones que sean capaces de vivir su vocación como una verdadera historia de amor, que les haga salir a las periferias del mundo y convertirse en mensajeros e instrumentos de compasión».

En este día agradecemos al Señor el don que nos hace con cada uno de los misioneros y misioneras que regala a su Iglesia. Nosotros los hacemos especialmente por aquellos que desde los distintos lugares de la diócesis supieron oír la llamada de Dios y salieron al encuentro de otros hermanos en otros lugares del mundo.

Agradezco a la Delegación de Misiones su trabajo a lo largo de todo el año y os invito a todos a la generosidad, en la colecta del DOMUND y también ofreciendo vuestra oración y sacrificios.

+Eusebio Hernández sola, OAR
Obispo de Tarazona

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