En Cartas Obispo Emérito

Este domingo, recibirá la ordenación diaconal en la Catedral de Tarazona, Miguel-Ángel Peña Domínguez. Lo hará como diácono permanente. El diaconado permanente se restauró hace 50 años durante el Concilio Vaticano II, con la constitución Lumen Gentium, la cual dice: “En su esfuerzo por actualizar la vida de la Iglesia, el Concilio Vaticano II permite que el diaconado sea restaurado como grado propio y permanente dentro de la jerarquía. El diaconado permanente, les otorga la oportunidad a los hombres casados, y también a los solteros idóneos para este sacramento, pero estos últimos deben mantenerse en la ley del celibato”.

Hasta ese momento, el diaconado era transitorio ya que solo lo recibían aquellos que más tarde recibirían el orden sacerdotal. Muchas diócesis, a lo largo de estos años, han instituido el diaconado permanente; nosotros, durante los últimos años, hemos querido instituir este ministerio en nuestra diócesis y así lo hemos hecho este curso pastoral y tras un estudio hemos publicado el directorio de este ministerio.

El diaconado permanente es una llamada, una vocación. La palabra diácono literalmente significa “servidor”, siguiendo el ejemplo de nuestro maestro Jesucristo que vino no para ser servido sino a servir. Los diáconos son ministros de la palabra, proclaman el Evangelio y predican y enseñan la fe Católica. Son ministros del altar, ayudando al obispo y los sacerdotes en la liturgia, y se desempeñan como ministros ordinarios de la eucaristía. Los diáconos permanentes administran el sacramento del Bautismo y del Matrimonio, presiden en el rito de funerales y sepultura y en servicios devocionales, como la exposición y bendición con el Santísimo. También bendicen artículos religiosos de acuerdo y expresamente lo permitido en el rito indicado en el libro Bendiciones de la Iglesia.

Un aspecto importante de este ministerio es también la animación de la pastoral caritativa y social de la Iglesia. Los diáconos, por lo general, se mantienen de su propio trabajo.

Miguel-Ángel ha recorrido un proceso formativo, en cursos de animación pastoral en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón y también los impartidos por el delegado diocesano para el diaconado permanente. Asimismo, ha colaborado en el arciprestazgo de Tarazona y en las parroquias de S. Miguel de Tarazona y en Santa Cruz del Moncayo.

Damos gracias a Dios por este regalo que supone para la diócesis y, a la vez, oramos por él y por este nuevo periodo de su vida como diácono.

INCENDIOS EN LA DIÓCESIS

Durante este verano hemos vivido dos momentos dramáticos en nuestra querida diócesis de Tarazona, los incendios en pueblos del arciprestazgo del Alto Jalón y los últimos en los del Huecha y Tarazona. Todos los pueblos han visto como ardían la casi totalidad de sus términos municipales y sus habitantes han tenido que pasar por la dura situación de tener que salir apresuradamente de sus hogares.

Nuevamente, quiero manifestar mi cercanía y apoyo a todos los que han pasado por esta dura situación. Toda la diócesis se siente unida a los pueblos y su gente afectados. Asimismo, pedimos que con eficacia se vayan solucionando todos los desastres que dejan estos dos incendios y las autoridades públicas ayuden a ello.

 

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