Decía el papá Pablo sexto que el mundo más que maestros necesita testigos. El testigo habla de lo que ha visto y oído, de lo que ha experimentado, no solo de lo que ha aprendido. Esto nos recuerda el libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando los apóstoles quisieron completar el número de los 12, Pedro propuso que el elegido tendría que ser alguien que acompañó al grupo de los apóstoles todo el tiempo que Jesús vivió con ellos desde el bautismo hasta que sube al cielo. Fue así como eligieron a Matías.
“Seréis mis testigos” es el lema para la celebración del Domund de este año tomado de la última conversación que tuvo Jesús con sus discípulos: “seréis mis testigos en Jerusalén Judea, Samaría y hasta los confines del mundo. Es un mandato para anunciar a Cristo por todo El mundo y a todo el mundo. Encargo ambicioso para el que el señor les pertrecha con la fuerza del Espíritu Santo, sin él no es posible ser testigos, con el espíritu lo visto y vivido se convierte en testimonio, dejando de ser una mera vivencia o una experiencia más.
Este mandato, no es para unos pocos, para los apóstoles, para los misioneros, sino para todos los bautizados, porque todos hemos sido ungidos con la fuerza del Espíritu Santo, plenificados con el sacramento de la confirmación. Por tanto, todos estamos preparados para ser testigos de Cristo, pero ¿estamos dispuestos?.Veamos qué significa, a qué nos compromete:
1º Conocer quién es Jesús, cómo fue su vida, qué hizo por los demás, por qué murió y resucitó, cómo el amor el amor a los hombres le movía a entregarse a todos, cómo la pasión por sus hermanos le llevó a dar su vida por nosotros, cómo el amor del Padre le resucita y desde el cielo recibimos la fuerza del espíritu.
2º Pero no basta con conocer, tenemos que experimentar, sentir dentro ese amor del padre, esa entrega de Cristo, esa fuerza del espíritu. Solo desde la vivencia interna pasaremos de ser maestros a ser testigos, muy llenos de Cristo para anunciarle y transmitirle, muy llenos de su amor para amar a los demás.
3º Esto último es también fundamental para ser testigos: el amor a los demás; porque el otro me importa y no es un extraño, yo le transmito, le doy lo mejor que tengo “Mi experiencia de Cristo”. ¡Cómo sienten esto en sus vidas los misioneros! ¡cuánto esfuerzo cuanta entrega por las personas de su misión, para que tengan condiciones dignas de vida, posibilidades de educación, de bienestar, de progreso… les apasiona la gente con la que conviven y, como base de todo lo que les dan y culmen de su deseo de ser felices, les dan la Verdad del Evangelio que se convierte en origen y fuente para el desarrollo de sus personas.
Podemos decir que la diócesis de Tarazona también ha llegado a los confines del mundo, nuestra misión en Cochabamba es la prueba de ello gracias a los que ahí estáis y a los que habéis pasado a lo largo de estos más de 25 años de presencia en esa misión. Seguimos con vosotros.
Día del Domund para querer y apoyar a los misioneros, para sentir en nuestro interior la fuerza del espíritu y anunciar a Aquel que dio su vida por nosotros. Nuestra oración y nuestro donativo por las misiones.
+Vicente Rebollo Mozos
Obispo de Tarazona