Hace un año que se inició en la Iglesia este proceso sinodal, se nos invitaba a responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo se realiza hoy en nuestra Iglesia de Tarazona el “caminar juntos” que nos permite anunciar el Evangelio, de acuerdo a la misión que le fue confiada; y qué pasos el Espíritu nos invita a dar para crecer como Iglesia Sinodal?
Ha sido la pregunta que durante el año pasado se planteó toda la Iglesia Católica y a la que se ha respondido casi en su totalidad, las cifras nos hablan de un interés de todos y a la vez del inicio de un camino común de todos los católicos. Han participado 112 conferencias episcopales de las 114 que hay en el mundo, todas las iglesias orientales católicas que son 15, 17 dicasterios de la Iglesia romana, los superiores generales de los institutos religiosos, más otras aportaciones particulares; en nuestra diócesis han participado 54 grupos. Entre todos se ha generado un nuevo documento que reúne “las esperanzas y preocupaciones del pueblo de Dios” disperso por toda la tierra (DEC 7).
Ahora se nos pide descubrir un conjunto de prioridades sobre las que trabajará la próxima sesión del Sínodo de los Obispos el próximo octubre del año 2023. Se nos pide un ambiente de oración y de discernimiento en nuestra diócesis para compartir los frutos de la lectura del documento de la etapa continental.
Esta tarea se sustenta sobre 3 pilares:
-Comunión: Todos tenemos un papel que desempeñar para discernir y vivir la llamada de Dios para su pueblo.
-Participación: Estamos llamados a orar, escuchar, dialogar, discernir buscando la voluntad de Dios.
-Misión: Llevar el Evangelio a los que viven en las periferias espirituales, sociales, económicas, geográficas y existenciales de nuestro mundo.
Lo que queremos conseguir para nuestra iglesia lo refleja muy bien Isaías en la siguiente frase: “Ensancha el espacio de tu tienda, despliega los toldos de tu morada, no los restrinjas, alarga tus cuerdas, afianza tus estacas” (Is. 54, 2).
Ensanchar la tienda desplegando los toldos para que quepan todos, como también que los que están fuera puedan cobijarse junto a los que están dentro.
Alargar las cuerdas para que la tienda no se derrumbe y pueda alojar más gente. Es decir, nos pide flexibilidad y unidad.
Afianzar las estacas pegados a la realidad y con capacidad de movernos para seguir adaptándonos a las nuevas realidades.
Todo un desafío para nuestra diócesis, así como una oportunidad para adaptarnos a los nuevos tiempos, para ser una iglesia dinámica y evangelizadora.
Necesitamos ser dóciles al Espíritu, obedientes a la voz de Dios para poder cumplir esta misión. Por ello, quiero acabar poniendo la oración preparada para esta etapa del sínodo para que con frecuencia podamos rezarla.
Señor, has reunido a todo tu Pueblo en Sínodo.
Te damos gracias por la alegría experimentada
En quienes han decidido ponerse en camino,
A la escucha de Dios y de sus hermanos y hermanas durante este año,
Con una actitud de acogida, humildad, hospitalidad y fraternidad.
Ayudarnos a entrar en estas páginas como en “tierra sagrada”.
Ven Espíritu Santo: ¡sé tú el guía de nuestro caminar juntos!
+Vicente Rebollo Mozos
Obispo de Tarazona