En Cartas del Obispo, Cartas dominicales

Este domingo celebramos con gozo el día del Domund, el domingo misionero para pensar, rezar, sensibilizarnos en esta tarea, para apoyar económicamente a la iglesia que está en los países de misión. Es un domingo muy especial para los que estamos sensibilizados con las necesidades de la Iglesia misionera, nuestra misión en Cochabamba nos ayuda. La queremos, la entendemos, nos preocupa y nos ayuda a proyectar al resto de iglesias todos estos afectos.

El lema que nos propone el Papa Francisco para la campaña de este año es “id e invitad a todos al banquete”. Está tomado de la parábola de los invitados al banquete nupcial, al rechazar estos la invitación, son sustituidos por todos los que se encontraban en los cruces de los caminos (Mt 22, 1-14). Estos dos verbos en imperativo reflejan el quehacer importante de la emisión.

Id, nos está diciendo que no podemos pararnos, estar quietos ante la transmisión de la buena noticia a todo el Mundo. Todos tienen derecho a conocer a Jesús, ser parte del Reino de Dios y nosotros somos enviados para hacerlo posible. El Evangelio nos dice que en el primer envío nadie respondió y, ante esto, no llega al desánimo, ni el quedarse quieto, sino que busca nuevos caminos para llegar a nuevas personas. Con palabras del Papa Francisco, “¡incansable! Dios, grande en el amor y rico en misericordia, está siempre en salida al encuentro de todo hombre para llamarlo a la felicidad de su Reino, a pesar de la indiferencia o el rechazo” (Mensaje para la Jornada Mundial de las misiones 2024).

Invitad, todas las personas tienen derecho a conocer a Dios, a recibir el don de su amor, a formar parte de la Iglesia y, sin embargo, hay muchas barreras, dificultades, desconocimientos que impiden que la invitación al banquete llegue a todos. Cuando les llega, se alegran y la aceptan. Para que el mensaje sea eficaz, tenemos que estar muy llenos de Dios, plenamente convencidos de que lo que anunciamos es lo mejor que nos puede pasar, como dice Francisco, en su mensaje, “la primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido”. O estamos muy llenos del amor de Dios, muy convencidos de la grandeza a la que invitamos, o seremos como la campana que aturde o un metal que resuena.

Este día del Domund nos llama a no olvidar nuestra vocación de misioneros, de creyentes que anunciamos el banquete del amor de Dios y nos invita a apoyar a los que llevan el Evangelio hasta los confines del mundo.

Obras Misionales Pontificias no recuerdan que no se trata de colaborar con la misión, sino de participar con ella; para lo que nos proponen tres formas, el voluntariado misionero aprovechando vacaciones u otros momentos amplios, acudir y ayudar a los misioneros en países de misión. La ayuda espiritual con nuestra oración y con el ofrecimiento de sacrificios para unirnos a los pobres. Con nuestra ayuda económica, la colecta de esta jornada está destina enteramente apoyar a los 1.126 territorios de misión que existen en el Mundo.

Colaboremos activamente para que el Evangelio llegue a todas las personas.

+Mons. Vicente Rebollo Mozos.
Obispo de Tarazona

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